Este mes celebramos el día del padre y en
particular me gustaría recordar a mi padre y a todos los padres que ya no están
más. Si bien ellos ya se fueron, en cierta manera se mantienen con nosotros
siempre. Es que no venimos de la nada. Tampoco partimos a la nada. La vida me
dio la certeza de ambas cosas.
Yo tengo la fortuna de saber muy bien de dónde
vengo. Los pasos firmes y no siempre fáciles que dio mi padre fundamentales en
mi existencia. Le agradezco todos los días por todos los pasos que dio y que me
hicieron posible. La vida es maravillosa y se la debo. Seguro yo no iba a existir si durante la guerra que le tocó
vivir, no hubiera decidido tomar las decisiones difíciles que tomó. De seguro
la muerte le hubiera cerrado los ojos y mutilado los sueños prematuramente en
aquella guerra que cegó tantas vidas de tu generación. Pero no lo hizo para
vivir más, ni siquiera para que 30 años después tuviera la posibilidad de
convocarnos a este mundo a mi hermano y a mí. Sé que lo hizo porque sus ideales
y valores no le permitían existir de ninguna otra manera que no fuera
manteniéndose fiel a ellos. Toda su vida se rigió así: Generoso, noble, fuerte,
reflexivo, bueno y justo. Así le conocí yo 30 años después, y desde que tuve
conciencia supe que si le agarraba fuerte de la mano y seguía sus pasos,
siempre andaría por buen camino.
Mi padre caminó mucho por esta vida, dio tantos pasos firmes y anduvo siempre recto. Cuando se fue, en mi corazón sentí una enorme paz generada por la certeza de saber que su vida había sido buena y bien vivida. Claro, que le quedaron algunos pendientes: vernos casados a mi hermano y a mí, vernos profesionales, vernos padres…. Conocer a sus nietos. En todos los grandes acontecimientos de nuestra vida siempre hubo una silla vacía. Pero la llenaba su recuerdo.
Mi padre caminó mucho por esta vida, dio tantos pasos firmes y anduvo siempre recto. Cuando se fue, en mi corazón sentí una enorme paz generada por la certeza de saber que su vida había sido buena y bien vivida. Claro, que le quedaron algunos pendientes: vernos casados a mi hermano y a mí, vernos profesionales, vernos padres…. Conocer a sus nietos. En todos los grandes acontecimientos de nuestra vida siempre hubo una silla vacía. Pero la llenaba su recuerdo.
Y ahora me encantaría poder contarle lo que dejó.
Hoy le escribí una carta a mi padre que ya no está. Para contarle lo que no
hubiera sido posible sin su existir. No partió a la nada. Dejó mucho y su
legado crece cada año.
“Papi: Tenés tres nietas preciosas que siempre
me hacen preguntas sobre como eras vos. Por suerte tu recuerdo también se
mantuvo vigente en los corazones de quienes no tuvieron la fortuna de conocerte,
pero igual te quieren como si lo hubieran hecho. Todos los días te veo en los
ojos de mi hija Fernanda, y en su espíritu noble y su alma creativa. Ella
también heredó tu pasión por contar malos chistes y hasta se ríe sola de
ellos…. Tal y como lo hacías vos. Paulina por su parte se mete a todos en su
bolsillo, es jovial y divertida y tiene mucho de vos en ese aspecto. Todos
estamos bien papi. Somos felices y tal como nos enseñaste siempre nos apoyamos
y nos cuidamos. Estarías tan orgulloso de mi hermano! Cada día se te parece
más, y no sólo en lo pelado que está, sino también en su manera de ser. Sé que
cada día te recuerda y trata de regirse por lo que le enseñaste. Como vos
construyó estructuras imposibles y vagó por el mundo a sus anchas, y además,
como vos, anda bien recto nuestro chiquito que ya no es tan chico como lo
dejaste. Mamá te lleva una vela todos los viernes al cementerio. Pero no hay
día en que no te recuerda con una sonrisa. Sigue igualita. Te extraña mucho
viejito, pero sigue la marcha sin bajar nunca el ritmo. A mil siempre y para
adelante, nunca para atrás. Y yo, escribo de vez en cuando (esto lo heredé de
vos) y sé que hubieras guardado orgulloso todos los recortes de mis textos…..
Hoy te recuerdo y no estoy triste. Estoy emocionada, pero mis lágrimas son de alegría. Pasaron muchos años desde que te fuiste y parafraseando a Antonio Machado, el pueblo se hizo nuevo cada año, y los pájaros también siguieron cantando. Y cantaron fuerte y lindo papá. Ahora mismo están cantando… celebrando el recuerdo y la vida que es buena y bien andada. Con tropiezos de vez en cuando, pero siempre tomados de tu mano para levantarnos y seguir la marcha. ¡Siempre papá! ¡Feliz día del padre! Se que mi amor te llega y que en algún lugar nos estás observando y sonriendo.
Hoy te recuerdo y no estoy triste. Estoy emocionada, pero mis lágrimas son de alegría. Pasaron muchos años desde que te fuiste y parafraseando a Antonio Machado, el pueblo se hizo nuevo cada año, y los pájaros también siguieron cantando. Y cantaron fuerte y lindo papá. Ahora mismo están cantando… celebrando el recuerdo y la vida que es buena y bien andada. Con tropiezos de vez en cuando, pero siempre tomados de tu mano para levantarnos y seguir la marcha. ¡Siempre papá! ¡Feliz día del padre! Se que mi amor te llega y que en algún lugar nos estás observando y sonriendo.