miércoles, 13 de abril de 2011

El Primer Amor



Cuando alguien habla de su primer amor, generalmente se refiere a su primer novio, aunque algunas veces el primer amor tiene una aparición mucho más precoz, incluso anterior a la comprensión de lo que significa enamorarse.

En el caso de mis hijas, si bien las tres están aún lejos de la edad de los primeros noviecitos (¡gracias a Dios!), la palabra “novio” ya entró a formar parte de sus vocabularios. Paulina no quiere saber nada de ellos todavía. Está en ese momento en la vida en que el sexo opuesto le produce una verdadera aberración.  Los nenes en su vocabulario son sinónimos de diarrea y la palabra “novio” la emplea solamente para tentar a sus hermanas y amiguitas. Si uno le pregunta si ya tiene novio pone una mueca de asco y lo niega ofendida diciendo: “¡Guácala!” En un par de años de seguro su reacción será BIEN distinta.

En cuanto a Fernanda, recientemente descubrí que es una romántica empedernida. A pesar de su corta edad y del hecho de que ella misma aún no se da cuenta de la naturaleza de sus sentimientos, resulta más que evidente lo enamorada que está de uno de sus compañeritos del cole. No para de hablar de su compañero Carlitos. Todos los días me cuenta emocionadísima alguna anécdota de Carlitos. Su mirada cada vez que pronuncia el nombre “Carlitos” me es muy difícil de describir. Para que se la imaginen les cuento que si Fernanda fuera un dibujito animado, ¡en vez de pupilas tendría dos corazoncitos en los ojos!

Julieta en su inocencia tiene un verdadero javorái en la cabeza. Como sus razonamientos son tan graciosos, nos divertimos haciéndole preguntas solo para escuchar sus delirantes respuestas. Cuando le preguntamos si tiene novio, responde que sí, que su novio es su papi y que cuando sea “glande” como su mami y sea alta hasta el techo, se va a casar con él. ¡Ella está enamoradísima de su papi, quien hasta ahora (aunque él espera que sea para siempre) es el único hombre de su vida!

Paulina también ya se dio cuenta de la debilidad de su hermanita por Carlitos y todo el día le tienta diciéndole: “¡Fernanda tiene nooo-viooo!” o “¡Eee-eee Fernanda y Carliiitooos, Fernanda y Carliitooos!” ¡Hasta nosotros, los supuestos “maduros” de la familia nos divertimos tentándole a nuestra pobre hijita! Pero Fernanda ni se inmuta. Vamos a ver hasta cuando le dura a Fer su embelesamiento. De seguro en un par de años entrará a la etapa en la que se encuentra su hermana mayor, no queriendo saber nada del susodicho y menos aún de la palabra “novio”.

Cada vez que escucho como le tienta Pauli a Fernanda recuerdo lo mucho que yo le tentaba de niña al enamoradizo de mi hermano Pedro. Siendo su hermana mayor, me divertía un montón tentándolo y mirando atrás me imagino que habré sido una verdadera plaga para el pobrecito. En cima de enamoradizo ya era todo un Don Juan a los 5 años. No tenía una sola “novia”, tenía dos compañeritas de las cuales estaba empedernidamente enamorado. Una de ellas se llamaba Alicia y la otra Silvana. Como no se decidía con cual quedarse, le mandaba cartitas de amor y le hacía dibujitos de corazones a las dos. Como tanto Ali como Silvana lo consideraban su “novio”, ambas se convirtieron precozmente en rivales. 

Este inocente triángulo amoroso construido con tiernas cartitas y mal rimados poemas también terminó, como suelen terminar todos los triángulos amorosos, en una sucesión de riñas y peleas. Ali y su grupito de amigas se peleaba todos los días en el recreo con Silvana y sus secuaces, compitiendo ambas por el título de novia de Pedrito. Al final las peleas entre ellas cesaron y ambas decidieron que el indeciso de Pedrito no valía la pena y éste se quedó sin el pan y sin la torta. ¡De todo este caótico idilio lo único que ganó Pedrito fue que yo lo siguiera tentando incesantemente con ambas compañeras hasta los 14 años!
¿A propósito, recuerdan ustedes a su primer amor? ¡Espero escuchar sus anécdotas en mi blog! ¡Feliz día de los enamorados para todos!

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